Puse la banda sonora de habitación en Roma y deje que mi mente se dejara llevar entre la dulce y suave melodía, esa que me transmite una mezcla de melancolía, ternura, deseo y…………..
Mis besos se convirtieron en suaves caricias sobre tu espalda, mis manos se acomodaron en tus pechos y mi cuerpo cayo rendido sobre el tuyo, mis pezones erectos se clavaban en ti a la vez que los tuyos se clavaban en la palma de mi mano.
Mi candente sexo se movía sobre tu culo duro y bien apretado, sentía como mi humedad se deslizaba en el, mis dientes se clavaban en tu clavícula y mis manos estrujaban tus pechos notando como tu corazón se aceleraba.
Baje pasando mi lengua por tu espina dorsal, coloque mis manos en tus glúteos y los abrí ligeramente, para que mi lengua deseosa de saborearte siguiera su recorrido.
La pase en círculos sobre tu ano hasta introducirla casi en el mismo, baje lamiendo tus muslos hasta llegar a la planta del pie, te pedí que te dieras la vuelta y tu como eres muy obediente lo hiciste a la primera.
Introduje los dedos de tus pies en mi boca y los chupe como si se tratara de un helado, subí por tus pies y comencé a besar el interior de tu muslo dejando mi cara sobre tu sexo, al pasar hacia el otro muslo roce muy lentamente tu clítoris con mi boca dejando mi aliento sobre él y notando como tu empujabas tu cuerpo hacia mí. Subí por tu vientre aplastando mi pecho sobre tu sexo y deslizándolo hacia arriba. Al llegar a tus pechos acaricie tus pezones con la punta de mi nariz, mientras mi lengua repasaba su contorno, succione tu pezón, le di un mordisquito antes de introducir todo tu pecho en mi boca, note como tus dedos se enredaban en mi pelo y también la humedad de tu sexo en mi muslo, me dirigí hacia el otro pecho para hacer lo mismo, me encanta metérmelo entero en mi boca y succionarlo, sentir como su cuerpo se revuelve bajo el mío en una mescla de dolor y excitación .
Subí besándote hasta llegar a tu cuello en el que deje imprimida mi firma, esa que tú te tapabas para que nadie preguntase nada.
Subí a tu mentón el cual mordí muy suavemente hasta llegar a tu boca y me perdí durante un largo e intenso rato en ella. Al bajar nuevamente por tu cuerpo hasta llegar a tu entrepierna acaricie tus labios externos y pase mi lengua por los internos, te bese como si de tu boca se tratara y hundí mis dedos en ti, removiéndolos al mismo ritmo que lo hacías tu., chupe tu clítoris y sujetándolo con mis labios tire una y otra vez de él escuchando tus gemidos de fondo.
Al sentir como te corrías no fue necesario que me hicieras nada para correrme yo también, subí nuevamente hacia tu boca te bese y me recosté detrás de ti rodeándote con mis brazos y al despertar continuamos donde lo habíamos dejado.