domingo, 23 de enero de 2011

Ogni tanto penso a te

Ariadne:



Dime que me adamas y yo dejo todo por ti. Que despiertas imaginándome como yo lo hago contigo. Que las mañanas se te hacen eternas y a mí se me hacen un sinfín de horas pendientes de un reloj que corre al revés. Que el sonido de tu voz me recorre dejando huella por mis entrañas. Que has vuelto a soñar con ese abrazo que un día nos robó el alma. Que te digo que hoy me he vuelto a quedar sin respiración, al recordarte entre las sábanas blancas -ésas que nos vieron entregándonos todo-. Que me he vuelto loca por unos instantes al visualizar tu cuerpo mojado y tu mirada clavada en mis pechos. Dime que hoy has robado más placeres de esos que me hacen tuya. Que oyes mis susurros en tu oreja pidiéndote más, más, más... Que el afrodisíaco de tu sexo es incansable para mis ganas. Ahora no afirmaríamos que un amor como éste lo creíamos inalcanzable, porque se ha vuelto único. Que bailamos al compás de dos palabras: amor y lujuria. Recuerdos como los nuestros, que me abandonan a decirte que sueño con tu cuerpo, tu espalda, tu sexo. Reconoce que esta noche me has buscado por las alcobas y mares que un día nos vieron besarnos. Que todas las noches quiero oírte respirar en mi almohada. Que cuentas las horas para volver a verme, y la verdad es, que yo cuento los segundos.

Porque no tengo las palabras suficientes para decir lo que siento. Me muero por verte: sólo tuya.

Te adamo. 

Carla: 




Ya sabes que sí, que te adamo, pero no espero que dejes nada, sólo deseo que me incluyas en tu vida sin virarla patas arriba.

No necesito dormir ni despertar para imaginarte a mi lado un día más, ya que tu estás en mí, en mi mente, en mi mirada, tú te has convertido en mi sexto sentido.

A mí me pasa todo lo contrario: mis días cada vez son más cortos. Las horas me juegan una mala pasada, cuando escucho desde lejos, que ya es hora de ir a la cama.

Yo me quedo con tu mirada, con esos bellos ojos acompañados de tus largas pestañas.

No he soñado con ese abrazo, ya que a mí siempre me acompaña, noto tu cabeza sobre mis pechos y tu aliento, que hizo que mis pezones se despertaran.

En mi retina queda una imagen grabada, nuestra primera entrega, nuestras primeras caricias, en ese sillón mis manos te desnudaban y mi boca te saboreaba, mis manos se colaron en el interior de tu pantalón y quedaron empapadas.

Te diré que escucho tus sollozos, tus gemidos y aún veo las lágrimas brotar tu cara, mis labios recorriendo tus mejillas y degustando tu lluvia salada.

No sé si será único, solo sé que es algo más que amor "ADAMOR", va mas allá del deseo y de la pasión, se ha convertido en una adicción, en un no saber estar si no escucho tu voz.

No te tengo que buscar, ya que es donde te hallas, estás clavada en mi corazón y por mis venas circula tu ADAMOR.

Si compartiéramos la misma almohada te aseguro que haríamos algo más que respirar ya que cuando te tengo a mi lado mis manos y mis labios de ti no se pueden separar.

Te veo en cada lugar donde voy, al cerrar los ojos y con ellos abiertos, me podría quedar ciega que aun así te seguiría viendo.

Sé que nos veremos pronto y que cada vez será más difícil ese hasta luego, que mi corazón se quedará triste por tener que despedirse, pero… que cada día irá recobrando la alegría del haber estado nuevamente a tu lado.

TE ADAMO TY por y para siempre.

 

Ariadne y Carla